El secreto de la verdadera felicidad

jueves, 3 de septiembre de 2015

Está claro que el viaje a Islandia fue una pasada y que lo voy a recordar toda mi vida. Pero no os voy a negar que en el fondo, una parte de mí, sólo pensaba en llegar al pueblo y descansar. 



¿No te pasa que unos días al año necesitas no hacer nada?


Mi pueblito bueno no es mucho de veraneo. No es el típico pueblo de La Rioja que se llena de vascos con camisetas de sus equipos de fútbol. Tampoco tenemos playa ni piscina. Si bajas tarde a la tienda te quedas sin pan y el camión de la carne viene una vez por semana.
 

Nuestra casa no tiene las comodidades que tenemos durante el año y lo más normal es que desayunes leche hirviendo porque es difícil calcular cuándo está en su punto. O que veas la tele en una tumbona de playa. Internet es un lujo y para coger cobertura tienes que subirte a un árbol. 



Y así te das cuenta de que no necesitas nada más para estar bien. 
Tienes paseos y largas charlas, tienes risas en el bar, partidos de pelota, vermut, salidas al monte, un cielo lleno de estrellas, largas siestas, visitas en casa, tiempo para poner las ideas en orden, hacer fotos y aprender algo sobre plantas silvestres.  


Pero sobre todo, lo que más feliz me hace es.... ¡comer pipas! 
¡Qué sería de los días de verano sin los kilos de pipas!


2 comentarios:

¡Gracias!