Adiós. Gracias.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Ha llegado la hora de cerrar el chiringuito. 
No hay drama. Todo lo que empieza en algún momento encuentra su final y hoy escribo el último post de este blog. 

A partir de ahora me dedicaré a recopilar los textos y los enviaré a todas las editoriales. Seguro que con la portada word art que me voy a currar no hay ninguna que se me resista. 
El discurso para cuando me den el Nobel de literatura lo tengo ya escrito, pero por si las moscas, lo voy a soltar ahora y luego ya si eso me escribiré otro (en inglés).

Gracias a todas las que habéis leído mi libro mi blog de principio a fin, a las que os habéis pasado por aquí todos los días y a las que habéis comentado. Gracias a las que habéis venido de vez en cuando. Gracias a las que lo habéis descubierto por casualidad y os habéis quedado un buen rato. Gracias a mis amigas, que son las que nunca me leen. Gracias a mi familia por leerme siempre.
Gracias porque todas habéis hecho que el blog tuviera sentido. 

Toda decisión es una pérdida, pero hay que elegir. Me gustaría, para despedirme por todo lo alto, utilizar las palabras de Coelho en uno de sus artículos de Maktub: 

Dice el maestro: 
El cruce de caminos es un lugar 
sagrado. Allí el peregrino ha de tomar una
decisión. Por eso, los dioses suelen dormir y 
comer en los cruces. 
Donde las carreteras se cruzan, se concentran
dos grandes energías, el camino que será
escogido y el camino que será abandonado. 
Ambos se transforman en un solo camino pero
simplemente por un pequeño período de 
tiempo. 
El peregrino puede descansar, dormir un poco, 
incluso consultar a los dioses que viven en los
cruces, pero nadie puede quedarse allí para
siempre: una vez hecha la elección, es preciso
seguir adelante, sin pensar en el camino que se
dejó de recorrer. O el cruce se transforma en 
maldición.

F · I · N

Lo que más me gusta de Bilbao y lo que menos

jueves, 5 de noviembre de 2015

Ayer llegué a casa a las once de la noche. Tenía el día libre pero a primera hora me fui a un curso sobre aprendizaje cooperativo. Después quedé a comer con mi novio en Dando la Brasa pero antes nos dimos una vuelta por el reciclaberinto. Por la tarde me fui cuatro horas a la academia de costura y trabajé mi paciencia cosiendo una camisa (grrrr). De allí, me fui con una amiga a tomar algo antes de ir a nuestra clase semanal de salsa. 

¿Por qué te cuento todo esto? Pues porque ya son casi tres años los que llevo viviendo en Bilbao y he llegado a la conclusión de que lo que más me gusta de la ciudad es justo lo que más odio. Hay muchas posibilidades de pasar el tiempo pero a veces también me gusta ver el tiempo pasar


Durante la semana lo doy todo pero el fin de semana piso el freno e intento dejar la mente en blanco. 
Lo que más me ayuda para esto es ir al pueblo. Allí parece que los días tienen 48 horas y que lo único que importa es pasarlo bien. 

 ¡Buen finde!

Estación fantasma de Canfranc.

viernes, 30 de octubre de 2015

Hay muchas maneras de viajar, casi tantas como personas. Hay gente que va a relajarse a la playa, otros que buscan la aventura, a los que les gusta ver monumentos, los que prefieren los buenos restaurantes, los que necesitan ir con guía, los que van a lo loco... 
Nosotros somos de los que llevamos todo organizado y petamos los días. Hemos ido afinando la técnica para no andar con la lengua fuera siempre, pero seguimos siendo un poco japonenes.

Nuestra última escapada iba a ser una visita de desconexión a los Mallos de Riglos (que te enseñaré en otro post) y acabó siendo una tourné por Huesca. 
En este post comparto algunas fotos de nuestra visita a la estación de Canfranc. Hicimos una visita guiada en la que nos contaron el origen de la estación y algunas de las historias que ocurrieron allí durante la segunda guerra mundial. Lo que daría por poder mirar por un agujerito todas las conversaciones e intercambios que se hacían allí...

Y como la cosa va de halloween, aquí puedes ver otra estación fantasma.

¡Te deseo un feliz y terrorífico finde!