El abrigo que estrené y rápidamente abandoné

domingo, 22 de febrero de 2015

Soy de las que le gusta estrenar. 

El jueves pasado acabé in extremis el abrigo y el viernes hice mi entrada triunfal en el bar del pueblo. Todas me dijeron que estaba guapísima y que era una artista por hacer con mis manitas algo así. Amigas de las buenas, ya sabes. Casi se me queda pequeño el abrigo de todo lo que me inflé. 

Ya os conté una vez mi historia de amor con el primer abrigo que me hice. Pues esta vez el romance ha durado lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks. 

(Por cierto, la lista de canciones para pillar en San Valentín fue un fracaso absoluto. No sé si alguién pilló pero desde luego que no sería por mis conocimientos musicales...) 

El domingo por la mañana después de recuperarme del atracón a papapajas y gominolas de ositos de la noche anterior encontré un abrigo de cuero tipo matrix en los armarios abandonados del alto y se me olvidó por completo mi abrigo nuevo. Hasta que llegué a casa, empecé a deshacer la maleta y descrubrí que lo había dejado tirado. Lo mío con este abrigo ha sido un rollo de una noche. Pero volveré a por el y nunca más volveremos a separarnos. 

De momento sigo disfrutando de mi amante bandido y me lo llevo a todos los sitios que puedo.

       ¿Qué os parece mi nueva adquisición? ¡Cuando recupere el otro también os lo enseñaré!


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