Vivir en un pueblo tiene muchas cosas buenas. Una de ellas es el trueque. Yo no sé qué favores hacen mis padres pero son muchas las ocasiones en las que reciben su recompensa en especies.
Habitualmente reciben kiwis de un señor que bien podría exportarlos porque yo no sé qué tipo de plantación tiene pero diría que cultiva kiwis infinitos. En casa siempre hay y cómo no, mi madre me hizo el gran favor de traerme unos cuantos kilos.
Cuando los trajo estaban muy duros, así que me dijo que podía dejarlos en el balcón y allí madurarían. Le hice caso y los dejé en una bolsa en la terraza. Pasaron los días (incluso algún mes) y un día que estaba buscando un martillo, encontré la bolsa.
¿Y esta bolsa qué hace aquí? ¡Los kiwis! ¿Estarán ya maduros?
Ouch, se han pasado de maduros...
La única solución que se me ocurrió fue hacer mermelada de kiwi. Es la primera vez que la hago pero a pesar de ello estoy súper orgullosa del resultado.
He recogido el proceso en este vídeo:
¿Qué os ha parecido? ¡Sed buenos y tened en cuenta que ha sido la primera vez! ;p
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